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Historia de la barba

Historia de la barba

La barba no es (solo) de modernos. La historia de la barba es tan antigua como la de la humanidad. De hecho, la barba ha tenido una enorme connotación social a lo largo de los siglos y en diferentes culturas: a los hombres con vello facial se les ha atribuido sabiduría, masculinidad y estatus social alto. También ha pasado por horas bajas: en ciertas épocas la barba ha estado asociada a una falta de higiene o de refinamiento y a una cierta disposición excéntrica. 

Hoy me apetecía hacer un repaso por la historia de la barba a través de los siglos: 

Historia de la barba

En la Antigüedad la barba era considerada un signo de sabiduría y autoridad. En Egipto los hombres se dejaban crecer la barba en la barbilla y con frecuencia se lo teñían con henna o se hacían trenzados con hilos de oro. Una barba real (o postiza) era un signo de la soberanía. 

En Grecia una cara sin vello facial era considerada como un signo de afeminamiento. Los antiguos griegos consideraban la barba como un símbolo de virilidad y tenía un significado casi santificado. Solo se rapaban como señal de duelo.

En Roma, sin embargo, ver una barba era algo inusual. La barba era considerada un signo de dejadez y de miseria. Los romanos afeitaban sus barbas para distinguirse de los bárbaros. El primer afeitado era considerado como el comienzo a la edad adulta y era celebrado con una fiesta. La tendencia cambió en los últimos años de la República: los jóvenes romanos comenzaron a recortarse la barba solo por partes, según la moda. Los preadolescentes se untaban la barbilla con aceite con la esperanza de forzar el crecimiento prematuro de la barba. 

En la Edad Media la barba se convirtió en un símbolo de honor y valentía. Los caballeros llevaban barbas largas y cuidadas para mostrar su bravura en el campo de batalla. 

Historia de la barba

Durante el Renacimiento la barba se convirtió en una forma de expresión artística. Los hombres de la época llevaban barbas elaboradas y estilizadas para mostrar su sofisticación y su refinamiento. 

En el siglo XVII la barba cayó en desgracia en los círculos urbanos de Europa occidental y América. En 1698 Pedro el Grande de Rusia ordenó a los hombres que se afeitaran la barba y en 1705 estableció un impuesto sobre barbas con el fin de que la sociedad rusa estuviese más en consonancia con la Europa occidental contemporánea.

La popularidad de la barba se redujo y la mayoría de los hombres del siglo XVIII, especialmente de las clases altas, iban bien afeitados. Sin embargo, a mitad de siglo XIX la tendencia cambió y muchos líderes como Alejandro III de Rusia, Napoleón III de Francia o Federico III de Alemania; y personalidades de la cultura como Charles Dickens, Giuseppe Verdi y Karl Max, entre otros, lucían pobladas barbas. 

Esta tendencia puede ser reconocida en Estados Unidos, donde se puede ver el cambio entre los presidentes posteriores a la Guerra Civil. Antes de Lincoln los presidentes estadounidenses no usaban barba, después de Lincoln, hasta William Howard Taft casi todos llevaron barba o bigote. 

Sin embargo volvemos a ver un descenso en la popularidad de la barba a inicios del siglo pasado. La mayoría de los hombres que conservaron el vello facial durante los años 1920 y 1930 se limitaron a un bigote o una barba de chivo. En esta época se extendió la moda de llevar barba en ambientes obreros o sindicalistas, es decir, en los movimientos de izquierda.

En la década de los 60 la barba se convirtió en un símbolo de contracultura y rebeldía. Los hippies y mucha de la población masculina de la época llevaban barbas largas y descuidadas para mostrar su oposición a las normas sociales establecidas. 

A finales del siglo XX la barba se convirtió en una forma de expresión individual y de estilo personal. En la actualidad, la barba sigue siendo un símbolo de masculinidad y poder. Los hombres llevan barbas en una amplia variedad de estilos y formas para expresar su personalidad y su estilo de vida.

Historia de la barba

Cómo cuidar la barba

La barba está de moda y cada vez sois más los que queréis lucir una barba larga y poblada. No es un trabajo fácil, aunque con una buena rutina y con productos de calidad, conseguirás que la tuya sea una barba sana y brillante. En el canal elivelimen en youtube hemos publicado una serie de vídeos para enseñarte cómo cuidar la barba. ¡Apunta estos trucos!

Cómo cuidar la barba: el afeitado

Uno de los principales problemas que nos encontramos en nuestra barbería en Donostia es que algunos clientes que quieren dejarse crecer la barba se afeitan la parte inferior -en la zona del cuello- muy arriba. Esto provoca que, cuando quieren que la barba crezca frondosa, esta apenas tiene anchura y el resultado es una barba muy estrecha.

Si lo que quieres es una larga barba poblada es muy importante que, al afeitarte, lo hagas hasta la nuez o hasta un dedo por encima de la nuez, aproximadamente, para poder darle forma a la capa inferior cuando tu barba vaya creciendo.

Cómo cuidar la barba: la cera

La cera ayuda a nutrir y proteger nuestro pelo. Pero hay que aplicarla correctamente. Cuando vayas a usarla, recoge un poco de producto con la uña y, con la ayuda de un secador, apórtale calor para poder repartir la cera en tus dedos.

Después, aplícalo directamente sobre el pelo de la barba. En este momento del proceso recurre de nuevo al secador para darle calor tanto al pelo como al producto y permitir así que la cera se funda completamente con el pelo. Y todo este proceso es más importante aún si empleas cera de bigote, que es más compacta que la de barba.

Cómo cuidar la barba: el tónico

Un problema muy recurrente al tener una barba poblada son los picores o la aparición de caspa en tu piel. Para tratar y mejorar el estado de nuestra piel te recomendamos usar tónico para la barba. Lo más importante que debes tener en cuenta es que, al aplicarlo, hay que hacerlo sobre la piel, no sobre el pelo.

Echa unas gotas de tónico en la palma de la mano e impregna la punta de los dedos en el producto para aplicarlo y masajear la base de tu barba, especialmente en las zonas que tienes más secas. Esto es vital para hidratar y calmar tu piel, controlando la descamación y aportando suavidad y brillo al pelo de la barba.

Cómo cuidar la barba: el lavado

De nuevo incidimos en la importancia de trabajar, no sólo la barba, si no también tu piel. Para lavar la barba encontrarás formatos en gel y formatos de jabón de trozo. Elige el que más te guste pero recuerda que, al usarlo, debes hacerlo llegando siempre hasta tu piel. Ten en cuenta que en la zona de la barbilla tenemos mayor densidad de pelo ya que aquí la barba es más poblada y el pelo suele ser más grueso.

Lavar la barba y la piel con productos específicos y aclarar bien después es importantísimo para eliminar suciedad y evitar la caspa y los picores.

Cómo cuidar la barba: cepillar y peinar

Cepillar la barba es fundamental para no tener nudos y poder presumir de un pelo sano. Los cepillos para baba tienen cerdas cortas y con mucha firmeza. Con ellos podrás trabajar la barba desde la raíz para poder soltar el pelo. Cepíllate en todas las direcciones: incluso para arriba. Y no te olvides de la zona del cuello y de la barbilla, ya que es es importante que el pelo esté suelto para evitar los nudos.

Cepillar no es lo mismo que peinar. Los peines para la barba son con púas grandes y separadas para poder penetrar bien en el pelo hasta la raíz. Después de cepillarte para soltar bien el pelo, usarás el peine para colocar y dirigir los pelos de tu barba como a ti más te guste.

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